El Método Arqueológico: La escritura neurodivergente y el mito del mapa

por | Neurodivergencia y escritura | 0 Comentarios

Como escritor neurodivergente que soy, hay pocas cosas que tenga claras… Bueno, en realidad, creo que ninguna. Pero si tuviese que elegir una cosa que creo tener clara, es esta: cuando creo que comprendo algo, soy consciente, gracias a esa certeza, de que estaba equivocado.

Esto es algo muy importante para mí, y creo que muchos de vosotros os sentiréis identificados con esta forma de pensar. Es justamente esto lo que define a una persona con altas capacidades o dentro del espectro: esa gestión constante de la incertidumbre y el análisis.

«Si tuviese que elegir una cosa que creo que tengo clara, es que cuando creo que comprendo algo, soy consciente gracias a esa certeza, de que estaba equivocado».

El descubrimiento del «Método Arqueológico» en la escritura 

Este hablar sin decir nada viene a cuento de mi sistema de escritura: el método arqueológico. Qué nombre más bonito, por Dios.

Estaba yo superorgulloso a mediados de este año 2025 cuando me dije a mí mismo: «Dani, ya lo tienes. Tú excavas y excavas hasta que encuentras la historia real, y eso es lo que escribes».

Pura poesía. Qué comprensión de la historia y de los personajes; escribir y reescribir para volver a reescribir, y seguir así hasta estar seguro de que esa es la historia real. Esa historia que estaba esperando que tú, y nadie más que tú, la descubriese.

Sin embargo, ¿sabéis qué? Que ahora mismo dudo.

El método arqueológico consiste en excavar y reescribir hasta encontrar la verdad que estaba esperando ser contada, más allá de la planificación inicial.

Reescribir para avanzar: Mi proceso creativo 

Veréis, tal y como yo veo ahora mismo mi proceso creativo (como ya expliqué en profundidad en mi artículo sobre [Link: qué es el método arqueológico]), este se basa en un ciclo: escribir, avanzar, volver atrás y reescribir.

Esto ocurre porque uno empieza a escribir sin saber qué va a contar.

  1. Sigues hacia delante.
  2. Te das cuenta de que algo no encaja.
  3. Vuelves atrás, borras y reescribes para ajustar a la nueva realidad.

Cuando haces esto, vuelves a avanzar porque ya tienes algo más claro, hasta que llegas a un punto donde… toca regresar atrás de nuevo. Una pista que introdujiste antes ahora es una contradicción. Y vuelves a corregir.

Por eso le llamé método arqueológico: cada nuevo descubrimiento te hace replantearte todo lo que conoces y tu perspectiva debe reajustarse.

(H2) Escritor de Mapa vs. Brújula vs. Pico y Pala Los dos métodos oficiales que existen en el mundo literario son:

  • El escritor de mapa: Tiene claro todo lo que va a suceder. Capítulos, giros, intriga… A mi modo de ver, a veces se nota demasiado. Siento que la historia no fluye, que hay «carpetazos» bruscos porque el esquema lo manda.
  • El escritor de brújula: Tiene claras cuatro ideas y se lanza a ver qué sale.

Mi método no encaja con ninguno. Yo no tengo ni idea de nada; lo voy descubriendo con el pico y la pala.

La paradoja final: ¿Soy un mapa sin saberlo? 

No conozco a ningún escritor de tipo mapa, pero dudo que sepan por arte de magia todo lo que va a suceder.

Si soy sincero, no me atrevo a decir que mi primera novela esté terminada; tan solo llegué a un punto donde fui consciente de que me iba a volver loco y puse el punto final. Considero que está perfecta, pero si hubiese tenido más tiempo, le daría esa última revisión que se hace cuando ya tienes clara toda la historia.

Es decir, reescribir sabiendo el final. ¿No es eso, en el fondo, acabar siendo un escritor de mapa?

Como os he dicho al inicio: cada vez que creo tener algo claro, me doy cuenta de que, otra vez, estaba equivocado.

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