¿Para qué escribes?

por | Proceso creativo | 0 Comentarios

Comienza noviembre y ya hace un frío que pela en Zaragoza. Es fin de semana, tengo una taza de café caliente en la mano y me siento filosófico. ¿Vosotros también? Perfecto, entonces poneos cómodos porque la entrada de hoy creo que va a ser larga.

En otras entradas he hablado sobre la importancia de los personajes, y en la de ayer sobre la soledad del escritor a raíz de esa lucha interna con su mundo y sus personajes.
Lo lógico sería hablar sobre algo relacionado como, por ejemplo, la estructura en tres actos de una historia; sin embargo, me he dado cuenta de que, antes de seguir hablando de estos temas, lo más importante es aclarar antes una cosa que, por cierto, también he tocado de pasada en otros artículos y que es la clave de todo…
¿Para qué escribes?


¿»Por qué» escribes o «para qué» escribes?

Y digo bien la pregunta: ¿para qué?, no escribo ¿por qué? Puede parecer lo mismo, pero la maravilla del idioma español nos permite añadir pequeños matices.

Uno puede escribir porque lo necesita, porque le ayuda a comprenderse, porque le resulta más sencillo expresar lo que piensa sobre algún tema…

El por qué es una sutil diferencia si queremos decirlo así, aunque en la realidad no tiene nada que ver una cosa con la otra, por lo menos si somos sinceros con nosotros mismos.

Uno escribe para hacerse famoso, o tan solo para que le lean; uno escribe para buscarse a sí mismo o para que los demás le comprendan.

Si bien puede coexistir más o menos la causa con el efecto, no tiene por qué. Uno puede escribir porque siente la necesidad de hacerlo, porque le hierven las entrañas y siente un peso que le hunde el pecho al necesitar expresar de alguna forma todo lo que siente y piensa… pero puede aprovechar y escribir para ganar dinero con ello.
No es incompatible una cosa con la otra, y eso es lo primero que quiero dejar claro.

«Sin embargo, y aquí viene el quid de la cuestión, debemos ser sinceros con nosotros mismos porque estamos hablando del motivo original, el porqué, y de la finalidad, el para qué.»

Y aquí viene la clave de todo: la coherencia con uno mismo. Dejadme aclarar las cosas antes de continuar.


¿Por qué escribes? ¿Y para qué?

¿Por qué escribes?
Porque siento la necesidad de hacerlo, tengo muchas cosas que contar y tan solo a través de la escritura me siento capaz de hacerlo.
Perfecto, chapó por ti.

¿Para qué escribes?
No seáis hipócritas, por favor, no seáis bienquedas y, sobre todo, no os engañéis a vosotros mismos.

«Porque si nos quedamos con tu primera respuesta ya estaría, ¿no? Escribes porque lo necesitas, pues escribes en una libreta y lo guardas en tu casa. Ya has escrito.»

Hombre, Dani, no te pases, todos queremos que nos lean, ¿no?
Vale, entonces tú escribes porque lo necesitas y escribes para que te lean. ¿A que no es tan difícil?


Cuando el ego se topa con la realidad

Y aquí es donde comienza a complicarse la cosa, porque entra en juego el ego de cada uno.
Y no digáis que no tenéis ego: todos lo tenemos, porque si no, no haríamos nada. Seríamos piedras.
Otra cosa es el grado o el tipo.

Porque el hecho de que te lean tiene muchos matices: ¿cuánta gente quieres que te lea?
Y, por favor, espero que seas consciente de que los escritores no son famosos, son cuatro los que lo son.

Todo esto lo digo porque es muy bonito escribir por pasión, por amor al arte, porque queremos contar una historia y nos ilusiona hacerlo…
Y luego la vida te da una hostia que te deja sentado cuando nadie quiere leerla.

Llegados a este punto toca hacer una aclaración y retomo el inicio de este artículo, porque entonces no habéis sido sinceros al responder al “¿para qué escribes?”.
Porque tu respuesta entonces debería haber sido “para que me la publique una editorial”, y, amigo mío, eso cambia por completo todo.

para qué escribes

El verdadero precio de escribir «para publicar»

Porque entonces cambian las reglas del juego. Qué cojones, entonces cambiamos incluso de juego.
La escritura como tal pasa a un segundo plano: no le importa a nadie.

«¿Y eso que sentías en tu interior? Pues tómate un Almax para que se te arreglen las tripas, déjate de gilipolleces y escribe acorde a lo que se vende, punto.»

¿Que tú eres un artista? Cuéntaselo a quien le importe y no molestes, aquí hablamos de dinero. Punto.

Si a día de hoy conocemos Harry Potter es porque un editor que no quería perder tiempo le dio el manuscrito de J. K. Rowling a su hija para que lo leyera.
Si conocemos a Ignatius J. Reilly es porque la madre de John Kennedy Toole no aceptó el suicidio de su hijo tras las múltiples negativas de las editoriales a publicar La conjura de los necios y hizo suya la dura batalla de conseguir que un editor viese su calidad y aceptase publicarla…

«¿Piensas que por el mero hecho de que tú tengas un talento especial el primer editor al que envíes tu manuscrito va a ver que eres uno entre un millón… y va a publicarlo? Para empezar, nadie va a leer ese primer manuscrito y da igual a cuántos editores se lo envíes.»

Dejando de lado el proceloso mundo de las editoriales, la autopublicación y todos esos temas tan aburridos, no quiero desviarme de mi pregunta inicial:
¿Para qué escribes?


La realidad del mercado editorial

Porque si lo haces para que te publiquen, en primer lugar debes ser consciente de que vas a tener que cumplir ciertos requisitos, ya sea de estilo, estructura, ritmo, temas a tratar y, sobre todo, temas a NO tratar si quieres que te acepten tan siquiera en el terreno de juego.
Que luego se fijen en ti y te publiquen es otra película.

Lo importante es que debes aceptar esas reglas del juego y, es posible, que eso choque frontalmente con tu primera respuesta al “¿por qué escribes?”.

Porque es muy posible que tú quieras escribir sobre la desigualdad social, la corrupción política o cómo las grandes megacorporaciones se están cargando nuestro planeta, y, si quieres que te publiquen, lo mejor es que escribas novelas juveniles románticas.
Eso sí que es un giro de guion, ¿a que sí?

Si somos realistas, aquí lo que venden son, sobre todo, dos géneros: la novela romántica y el misterio o lo sobrenatural. Punto pelota.
Incluso la novela negra, que es bastante popular, está en una tercera posición a bastante distancia del misterio y a un universo de lejanía de la novela romántica.

Incluso aunque apuntes a editoriales independientes más pequeñas y modestas, siguen siendo negocios, y además se juegan más que nadie al aceptar publicar un libro: se apuestan la supervivencia de la propia editorial.
¿Y se la van a jugar por ti, que acabas de escribir tu primera novela?
Venga, por favor, seamos serios.

Esto no lo digo por desanimarte, es más, todo esto ya lo sabes, pero no lo quieres reconocer.

Es como la gente que sabe que es más fácil que le caiga un rayo encima antes de que le toque la lotería, y cada semana se compra varios décimos.

Sabes que no te va a tocar, pero… ¿y si tengo suerte?
Si tienes suerte, compra lotería y, cuando te toque, crea tu propia editorial y publica todos tus libros gastándote tu recién adquirida fortuna en publicidad.
Más sencillo eso que conseguir que te publique una editorial grande y confíe en ti.


Y ahora, por favor, responde: ¿para qué escribes?

Elige una opción, solo una.

«No puedes escribir para que la gente vea tu visión del mundo… y para que te publique una gran editorial y además seas más exitoso que J. K. Rowling. No, solo puedes escoger una.»

Incluso puedes escoger ser el nuevo referente mundial de la escritura, claro, eso no es problema.
Pero sé consecuente entonces con lo que vas a tener que escribir y cómo vas a tener que hacerlo para que eso suceda. Y se honesto ¿Para qué escribes?

Pero entonces no digas que escribes porque sientes una presión en el pecho que tan solo se libera cuando escribes, porque eso no se lo va a creer nadie.


Mi respuesta: coherencia y honestidad

Yo escribo porque lo necesito, porque quiero hacerlo desde pequeño y escribo para que otros me lean.

Por eso publico directamente en Amazon y escribo este blog para intentar llegar a gente que tenga una visión similar a la mía.
Y no pierdo mi tiempo intentando que ninguna editorial me publique.

«Porque yo no sigo y no seguiré sus reglas. ¿Y vosotros? ¿Para qué escribes? Os leo en los comentarios.»


“Escribir no es solo crear historias. Es decidir con honestidad por qué lo haces y aceptar las consecuencias de esa decisión.”

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